Trabajar en instituciones de preservación de patrimonio (histórico, documental, artístico…) genera una “visión de túnel” a poco que te despistes.
La falta de recursos para atender la asimilación del día a día en todos los campos convierte a quienes trabajan (trabajamos) en estas organizaciones en meros operarios de una maquinaria infame.
La producción documental, artística, bibliográfica, etc. crece exponencialmente y de modo inversamente proporcional a la atención que despiertan en quienes definen políticas.
España no dispone de grupos que dispongan de la experiencia, el sosiego y los recursos como para redefinir un futuro que imaginábamos de otra forma hace pocos años.
El personal que dispone de conocimiento y experiencia para formar parte de estos grupos lo tenemos dedicado a contratar, supervisar becarios, negociar convenios,… en lugar de definir el futuro de sus instituciones, de nuestra Cultura y, en suma, nuestro futuro como sociedad.
Porque los retos están ahí esperando:
- La explosión documental de la que ya se hablaba a principios del siglo XX sigue sin ser resuelta.
- La generalización del acceso online a contenidos ha generado una demanda de información que antes no existía y que se nos exige atender.
- Los contenidos requieren de procesos técnicos para poder ser utilizados por la ciudadanía para los que no tenemos recursos y pocos estándares consolidados.
A esto se debe sumar que lo que se recibió en el pasado en las instituciones de preservación del patriminio no se generó teniendo todo esto en cuenta y aún no somos capaces de ponernos de acuerdo sobre que hacer con lo que se está generando ahora mismo.
Garantizar la preservacion de la memoria y el patrimonio y, simultaneamente, atender la demanda de acceso y transparencia por parte de la ciudadanía son dos retos a los que es imperativo hacer frente de modo inmediato.
Esto requiere de compromiso político, de asignación de los recursos humanos, técnicos, tecnológicos y financieros adecuados. ¿Contamos con ellos?
Para acabar este post de hoy:
Hacer más con menos es un engañabobos.
Son años de recortes, falta de inversión y abandono del sector público. Estamos en el borde de la inanición.
Por eso ya sólo podremos hacer más con más y no hay otra.
L.C.
Sed buenos si eso no os impide ser felices.